miércoles, 31 de octubre de 2012

Series de ayer y de hoy (I)

Hoy nos ponemos nostálgicos y os traemos un vídeo con algunas de aquellas series infantiles que veíamos a la hora de la merienda de lunes a viernes; antes de ir al colegio o los fines de semana. En nuestros días, el número de fuentes de estimulación visual en medios de comunicación para los niños se ha multiplicado exponencialmente.

Mientras que las generaciones precedentes nos conformábamos con las series que emitía la 2 de TVE (la televisión pública) hasta los años noventa, y posteriormente los programas infantiles de las televisiones privadas, las generaciones que se denominan como nativos digitales pueden elegir dónde ver sus series favoritas: Internet, el móvil o la tablet de los padres, canales temáticos, etcétera.

Más novedades. Los rostros que protagonizan esas series. Dejamos atrás a Barrio Sésamo o los Mosqueperros para dejar paso a los Lunnis. El propósito, el mismo: entretener y enseñar a los niños en un tándem de juegos, bromas y situaciones cotidianas. Algunas de aquellas series aún se reponen. Maya, aquella encantadora abeja, es universal, aunque le ha salido competencia (Hello Kitty, en lo que a merchandising se refiere, las Supernenas...). 

¿Qué series de vuestra infancia recordáis con más cariño?

viernes, 26 de octubre de 2012

La siesta, un hábito en el que educar a los niños

Dice el refrán castellano que el hábito no hace al monje. Puede parecer erróneo traer a colación en este espacio y en este artículo. Pero parémonos a reflexionar en la palabra hábito. El hábito implica rutina, método, acciones y actividades que se van a repetir, a medio plazo, de forma inconsciente. 

La evolución de los hábitos en niños de edades comprendidas entre 0 y 6 años varía en función de la edad, el desarrollo individual y el entorno en el que se mueve (ya sea este la escuela infantil o su casa). Nosotros como educadores infantiles podemos y debemos procurar que estos factores no choquen entre sí. En especial en lo que se refiere al sueño y el descanso de los más pequeños.

La siesta es un hábito en el que educar a los niños
FotógrafoClarissa Rodrígues González

El falso mito del sueño expande la errónea idea de que dormir implica una actividad nula del individuo. Al contrario. El cerebro trabaja intensamente para afianzar lo aprendido, asimilar lo observado y madurar a nivel físico como psicológico (y estas son solo algunas de las actividades del cerebro en los periodos del sueño). Si en los adultos el descanso y el respeto de las horas que cada uno de los individuos, como individuos, es importante, más lo es aún en los más pequeños.

En estas primeras etapas de la vida y del desarrollo de los niños, el trabajo del cerebro y la configuración interna de sus conexiones neuronales depende en gran medida del establecimiento de unos saludables hábitos de descanso. Pero ojo, no solo se han de guardar durante la noche, sino también en los tiempos diurnos. 

En nuestro ámbito, que es la escuela infantil, emprenderemos actividades que estimulen físicamente al niño en un primer estadio, para continuar con actividades que fomenten la imaginación sin necesidad de movimientos físicos (como puede ser crear historias entre todos, partiendo de una idea, por ejemplo, en etapas superiores), y teniendo muy presentes la necesidad de incluir etapas de transición y variaciones de actividad periódicas.

Fotógrafo:Francisco Javier Martínez Adrados

En el trascurso de las actividades, los educadores infantiles observaremos que algunos niños comienzan a bostezar, rascarse los ojos; otros se meterán el pulgar en la boca a modo de chupete, o se quedarán calmados, inactivos. Estos son los primeros indicios de que ese periodo de actividad ha de comenzar a transitar hacia un breve periodo de descanso y recuperación. 

Es el momento de la Siesta, ante la cual comenzaremos a preparar un ambiente idóneo para los niños: bajaremos el tono de voz, disminuiremos la luz de la sala, acondicionaremos las hamacas o colchonetas, animaremos a los pequeños a que cojan sus objetos y peluches favoritos, para concluir con el descalzado. 

Llega el momento de que los pequeños descansen mientras 'la profe' observa su descanso y anota la actividad del niño en su tabla de observación y despertares. Nosotros también terminamos hoy aquí, pero antes os queremos dejar un ejemplo de actividad de transición hacia el descanso, extraído de LudoyTeca: 
[Nombre: “Qué divertido es soñar”
Objetivo: Enseñar a los niños la el sueño como una actividad placentera.
Metodología:
- Contar con la colaboración de los padres, para facilitar el proceso y la disposición del niño.
- La actividad se plantea para todo el grupo, teniendo en cuenta las características de cada niño.
- El horario y lugar para la realización de la actividad será regular e inmediatamente después de la comida.
- El ambiente será de relajación, donde el niño se sienta seguro y favorezca la aparición del sueño.
- Para facilitar el procedimiento, se le puede permitir, al principio al niño, el “uso” de su juguete preferido, si lo lleva al centro educativo.
Cómo llevar a cabo la actividad:
- Cada niño debe aprender cuál es su colchoneta y/o cuna. Cuando nos hallamos descalzado, y bajo poca luz pondremos una música suave e iniciaremos a contar con voz pausada la historia de un personaje o mascota que podemos utilizar y que tenemos en clase. Contaremos cómo nuestro personaje le encanta dormir y soñar como viaja, o juega en un parque o se baña en una bonita playa. Al finalizar el relato, nuestra mascota “dormirá” junto a ellos para transmitirle tranquilidad.
Recursos: mascota (muñeco con el que los niños estén familiarizados), cd con música relajante.]
¿Es el canto gregoriano un ejemplo de música relajante? ;)

lunes, 15 de octubre de 2012

Un día cualquiera en la Pradera Encendida


Lucera, la ovejita, “bee, beeeee….”, pastaba alegremente por la Pradera Encendida, llamada así por su color verde brillante que deslumbraba al mirarlo. Allí vivía feliz acompañada por los suaves y alegres trinos de su amiga Pajarita Lita.

Entonces fue llamada a la presencia de la Bruja Verdiverrugosa, que allí vivía en una casa verdicochambrosa en las lindes de la pradera:

"Lucera, Luceraaaaa, ven aquí ahora mismo, tengo que ordeñarte. Necesito leche para hacer un queso, tengo visita!"

Iba a hacer un quesuco de Cabrales, de color verdimohoso, que era su preferido.

Y es que nuestra bruja estaba esperando a sus sobrinas Pirujilla y Chonita. Iban a pasar allí el verano y quería enseñarles alguna pócima con fines importantes, y no tonterías tales como brebajes para enamorar, o potingues para estar más feas.

Apenas llegaron, las encomendó la tarea de ir a casa de la Pequeña Maya a por un tarro de miel, y a casa de Fresina, que cultivaba las fresas más rojas, más dulces y más grandes que os podáis imaginar.

Por el camino se encontraron con las Hadas Campanilla y Campanilla, las hijas de Wendy, dos gemelas pecosillas juguetonas vecinas de su tía.

Así que se pusieron a corretear y jugar y se olvidaron de la tarea que tenían encomendada.

“Llamemos a la Duendecilla Elsilla”, dijo Campanilla 1, "es una chica divertidísima, se sabe un
montón de juegos y cuenta los chistes más verdichistosos que jamás hayáis escuchado…."

Y así pasaron largo tiempo.

El suficiente para que el sol se ocultara y cayeran unas pequeñas gotitas, Gotitas de Ilusión, acompañadas de Colorita, que en un abrir y cerrar de alas pintó un maravilloso arco iris sobre sus cabezas.

“Tardan mucho estas criaturas, iré a buscarlas”, se dijo la Bruja Verdiverrugosa, “estas jovencitas tienen la cabeza en las verdinubes”.

Salió en su busca, pasando por la verdiescuela del lugar. Donde las Hadas Esmeralda y Onix daban clases de cómo hacer collares y otras joyas con avalorios a sus alumnas: la Princesa Silvestre, la Princesa Rosa , la Princesa Margarita y….., uy…..falta la Princesa Guerrera, ¿dónde estará? ¡Siempre haciendo novillos…! Sí, efectivamente, ella estaba en lo alto de la verdimontaña, perfeccionando su último modelo de ballesta.

Cuando la bruja llegó donde estaban las niñas, las agarró de las orejas: “ vamos, verdirremolonas…”, ahora os comeréis el queso sin fresas y sin miel, y así aprenderéis para otra vez.

Llegaron a casa y cenaron.

Hasta que el Hada de la Noche extendió su manto, y Estrellita Feliz, lo decoró.



Las niñas pronto se acostaron y se quedaron dormidas soñando con verdipríncipes, que montados en sus verdisapos vendrían a colmarlas de verdibesos.

Mientras, la Bruja Verdiverrugosa compartía tertulia y verdibrebaje “espiritoso”, con su gran enemiamiga el Hada Acaramelada que todas las noches la visitaba, y discutían largamente de por qué era mejor hacer el bien o por qué era mejor hacer el mal. Así pasaban horas y horas y nunca se sabía quién ganaba, pues las dos eran muy testarudas y machaconas.

Amaneció en la Pradera Encendida, Lucera pastaba, Lita cantaba. Y Chonita y Pirujilla se despertaban totalmente emocionadas: les había salido un nueva verruga a cada una, a cual más verdiasquerosa y verdihorrorosa.

Por eso, la Ratita de sus Sueños les había dejado un regalo debajo de la almohada.

¿Qué, qué era?

Judith y Samanta, tenéis mucha curiosidad?

Pues quizá otro día os cuente el final.

Y si no tenéis espera…., que os lo diga una compañera…….

[Cuentacuentos ideado por el Hada Mermelada en el Taller de Cuentacuentos. Las protagonistas son nuestras futuras educadoras infantiles]

jueves, 11 de octubre de 2012

Cuentacuentos y creatividad en los niños


¿Quién de nosotros, profesores de Educación Infantil o educadores en guarderías, no ha sido testigo de alguna de esas frases y/preguntas de niños geniales por espontáneas? ¿Miráis un dibujo realizado por un niño y no lo comprendéis? Frases, dibujos, preguntas, juegos e historias inventados todos ellos por nuestros niños y que no debemos limitar sino provocar.

Como educadores infantiles, los profesores de preescolar planifican diferentes actividades, rutinarias en un periodo prolongado de tiempo, compuestas por juegos, canciones, cuentos, y un largo y creativo etcétera.

Los cuentacuentos, por ejemplo. Podemos crear historias unidireccionales, donde el educador pone voz y tramas mientras los niños escuchan y crean, en su mente, a los personajes y ambientaciones que pueblan las historias.

O bien fomentar la interacción, apoyándonos en láminas, audiocuentos, guiñoles o títeres. Estos materiales educativos, que pueden ser creados por los propios niños, juegan un doble papel. Por una parte, implican personalmente al niño, que identifica su obra, y observa la de los compañeros. Diferentes en un conjunto. Por otra, acercan la realidad, o cierta parte de la realidad de su entorno, y la fantasía que conviven en su imaginación. En ningún caso se ha de limitar las formas y colores de expresión de los niños, sino reafirmar su individualidad grupal.

Ahora es vuestro turno: ¿habéis puesto en práctica alguna de estas técnicas? Contádnos vuestras experiencias, expectativas y dudas en los comentarios. El Blog de Educación Infantil os espera.

martes, 2 de octubre de 2012

El arte del Cuentacuentos

Rocío, el Hada Mermelada, vuelve una vez más a Nexo Formación para traernos una nueva edición del Taller "El Arte del Cuentacuentos". Porque no basta con saber leer un libro a los niños. En las etapas infantiles, su imaginación está desbordada, llena de fantasía, de príncipes y princesas. Ante sus ojos trascurre un mundo de belleza.

El papel del educador en las escuelas infantiles no se limita a fomentar esta creatividad otorgando vida y voz a esos personajes literarios. El cuentacuentos revive la fantasía para convertirla en fábulas que encierran valiosas enseñanzas para los niños acerca de emociones sociales como el triunfo, la confianza en sí mismos, el miedo, la expectación, la inseguridad, etc. y cómo afrontarlas.

El entorno en el que se desarrolle esta actividad, ya sea en el centro educativo, en una guardería o en el recreo, debe estimular a los niños con textos que les sean comprensibles, y sobre todo, muy creativos y pedagógicos.